En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, amén

Hermanos, hoy nos hemos reunido en esta iglesia, en esta bella iglesia, que a costado mucho dinero construir, pero gracias a su fe en Dios y su colaboración hemos ya terminado, con el fin de orar y pedir por todos aquellos que en invierno no tienen un lugar al cual correr por refugio, no tienen una casa digna a la cual llegar a descansar y dormir, pediremos por aquellas almas egoístas que sólo tienen ojos para verse a si mismos, por aquellos que no aman al prójimo. Amar, hermanos míos, significa ayudar, darse por entero a una persona y a cuantas nos necesiten es dejarlo todo por el prójimo. ¿Cuántos jóvenes desperdician su tiempo en casa o en la esquina de su barrio, en vez de estar siendo parte activa de la palabra del Señor? ¿Cuánta gente gasta más de lo debido al mismo tiempo que otros luchan día a día por ganar unos pesos para comer? ¿Es acaso justo esto?. El hombre se aleja del camino que Jesús marcó para que le siguiéramos, un claro ejemplo de esta ruptura con Él es, por ejemplo, el hecho que a esta misma hora se está realizando la campaña para ir a construir casas para los más pobres y no está la gente suficiente. ¿Dónde están todos los que se hacen llamar hijos del señor?. Hoy aprovechando que hay miles de personas en esta gran iglesia, hagamos un a gran oración para que el Señor nos escuche y así las cosas cambien.

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