
Poco sorprendido le respondí:
- ¡Oh¡ gran señor tú me dices que eres la verdad, la vida y el bien, dices que yo soy tu hijo, mas yo pienso lo mismo con simetría tal que también tengo una misión para ti. Este es mi sueño, ya tuve una cita con el demonio, con los malos políticos, los extraterrestres y ahora tú. Sal de mi sueño y déjame tranquilo, ahora deseo descansar pues tuve un día agotador ayudando al resto y ganándome el pan. Quiero por lo menos en éste, mi sueño, ser dios.
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